Nunca las segundas partes fueron mejores que las primeras...esta no es la excepción
sábado, 30 de enero de 2010
Carta al Consejo nacional de la Democracia Cristiana
Miembros del Consejo Nacional Ampliado
Partido Demócrata Cristiano
Presente
Estimados camaradas:
Los abajo firmantes, militantes demócrata cristianos, en el ejercicio de nuestro derecho a opinión, venimos en manifestar lo siguiente:
1. Lamentamos profundamente los acuerdos adoptados por la dirigencia nacional de la Democracia Cristiana con fecha 23 de enero de 2010 al no recoger el sentir de amplios sectores de las bases demócrata cristiana y al no escuchar la voz y señal del pueblo - manifestada en el último proceso electoral - que pide un cambio de las conductas políticas de los partidos políticos.
2. Declaramos nuestra firme convicción de que a la Democracia Cristiana le corresponde un rol de Oposición frente al gobierno de la Derecha. Creemos que dicha Oposición se debe definir sin apellidos eufemísticos de posiciones veladas.
3. Creemos firmemente que la responsabilidad política tiene que ser asumida de cara al país y frente a la militancia. Responsabilidad política que asumimos en nuestra cuota los firmantes de la presente declaración y que tiene que ser asumida por el Presidente del PDC señor Juan Carlos Latorre quien no nos da garantía de conducción política en el actual periodo de reflexión y renovación de la estructura partidaria. Hacemos un llamado a que asuma su responsabilidad política dando un paso al costado y permitiendo con ello que operen las normas estatutarias de subrogación.
4. Llamamos a una reflexión profunda y transparente, con real participación de todas y todos los militantes de la Democracia Cristiana y principalmente con un diálogo permanente con el pueblo chileno. Debemos reconocer nuestros errores y desaciertos que se manifestaron en el modelo de desarrollo vigente en Chile, con un sistema que tiende a la concentración de poder y la exclusión, principalmente emanado desde el poder económico y la injusta distribución del poder político. Ello se traduce en la atomización de las decisiones, en pequeños espacios públicos y cúpulas políticas, lo cual constituye un obstáculo primordial en la construcción de un Chile justo y democrático, y genera debilitamiento de las facultades de las personas para crear y participar en igualdad de condiciones.
5. Creemos que cualquier cronograma de renovación de la estructura partidaria debe considerar los criterios de participación de las bases partidarias; de renovación total de los órganos de ejecución política nacional, regional, provincial y comunal; de la convocatoria en el más breve plazo posible a dicho proceso y de definición de un militante un voto en la elección de la próxima mesa nacional del PDC.
6. Finalmente, llamamos a renovar nuestro compromiso con la profundización democrática, la defensa permanente de los Derechos Humanos y la promoción del poder comunitario como pilares fundamentales de nuestro accionar político sustentados en los principios de la Democracia Cristiana.
En la confraternidad demócrata cristiana.
Leonel Sánchez Jorquera, dirigente social DC
Carlos Dupré Contador, Presidente Comunal JDC Las Condes
Gloria Fuentes Needham, militante de San Joaquín
Luis Manzi Astudillo, miembro comisión de cultura PDC
Fabiola Alejandra Yanquez, militante DC
Braulio Contador, Militante de Peñaflor
Humberto Burotto Guevara
Renato Contador Cavada
Gastón Gallegos Vásquez
Renán Peralta, militante Talagante
Silvia Aliaga Donoso, Secretaria Provincial PDC, Distrito 19
Sergio Contador Peña
Roberto Azula Verdugo
Manuel Miranda Araya
Mario Peñailillo Acevedo
Sixto Carrasco Vielma, sociólogo y profesor universitario
Mario Adolfo Giannetti Faúndez
Mónica Cavada López, Militante de Los Lagos
Jorge Gajardo H., Militante de Recoleta
Cristian Vásquez, militante San Miguel
Jorge Enrique Coopman
Fernando Aliste
Jaime Antonio Guzmán, poeta
Juan Tudela Rivera
Jaime Urbano M., secretario ejecutivo comisión nacional de cultura
Elías Briceño Olguín, vicepresidente PDC Provincial Santiago Sur Oriente
Jaime Lagos Henríquez Consejero Provincial Stgo.-Centro Norte
Alejandro Carrasco Urrea
Alissen Yasna Jaroba Órdenes
Andrés Mosqueira Campos
Consuelo Vilches Faúndez
Cristian Morales Salvo, Presidente JDC Lo Espejo
Christian Garrido Sáez
Roberto Narbona Haschke
Francisco Javier Rodríguez
Emma Guevara Araya
Pedro Valenzuela Moraga
María Hueichaqueo Epulef, Presidenta Regional R.M., Frente Indígena, DC
Julia María Panez Pérez
Pablo Moreno Orb
Juan Carlos Cortés Ascencio, Vicepresidente PDC San Bernardo
Felipe Olivares V., secretario general JDC San Bernardo
Berta Leonor Varas Espinoza
Esteban Tumba Martínez, militante Cerro Navia
Marcelo Martínez, sociólogo y profesor universitario
Mauricio Castro Jara
Juan Droguett G. vicepresidente comunal de La Cisterna
María Verónica Montecinos Pino, lingüista c/mención en lengua inglesa, militante DC
martes, 26 de enero de 2010
DE CIUDADANOS A CONSUMIDORES (ANDREA BETANCOR, Economista)
De acuerdo con esos analistas, la ciudadana hipotética Marcela, vendedora de Isapres, trabajadora jornada completa, quien manda a su hijo a colegio subvencionado y quiere cambiar su auto no se habría entusiasmado por la promesa del candidato de la Concertación de más Estado.
Dicen, asimismo, que la Concertación no logró constatar, o procesar, que Chile cambió
Tras tanto leer y escuchar este tipo de, a nuestro juicio, sorprendentes y hasta insólitas explicaciones y análisis de expertos electorales, políticos destacados y figuras públicas respecto a la derrota de la Concertación, hemos decidido, también nosotros, compartir nuestra opinión: la Concertación no es víctima de su éxito, es víctima de su mayor y no reconocido, al menos abiertamente, fracaso.
La Concertación, según declaran varios de sus miembros más destacados, construyó un sentido de unidad nacional a partir de la política económica. De hecho, se atribuyen como uno de sus mayores logros el haber ofrecido garantías de estabilidad suficientes para generar una expansión significativa de la inversión, que posibilitó crecer aceleradamente durante los noventa y, así, reducir la pobreza.
En ese contexto de auto-complacencia, la Concertación no fue capaz de percibir que estaba fallando en, quizás, lo más importante: consolidar, promover, fomentar y estimular una ciudadanía preparada, informada, instruida, crítica, con conciencia cívica y sentido de responsabilidad. La Concertación no abarcó ese, el principal desafío, posiblemente el mayor de una democracia, fortalecer a sus ciudadanos.
La Presidenta Michelle Bachelet impulsó por breve tiempo la idea de que Chile merecía ser gobernado bajo un esquema que posibilitase la “Participación Ciudadana”, al tiempo, y ante la imposibilidad de imponerse, la Presidenta giró hacia la “Protección Social”. Más allá de la resistencia de los partidos de la coalición gobernante, ¿era posible lograr “Participación Ciudadana”?
Lamentablemente, creemos que no. No, al menos, de la noche a la mañana. La Concertación, en un escenario excesivamente economicista, consolidó y estimuló durante más de tres lustros al CONSUMIDOR, no al CIUDADANO. Difícilmente, entonces, podría rápidamente generar la masa crítica de instituciones sociales, sociedades civiles y organizaciones de base necesarias para gobernar en una democracia participativa e inclusiva. Más aún, la Concertación permaneció inmune e incólume ante la predominancia de una ciudadanía, en promedio, apática, indiferente, displicente y desinteresada por básicamente todo lo que no fuese o implicase consumo.
A comienzos de la segunda década del siglo XXI, una alta proporción de chilenos y chilenas no tiene opinión respecto a alguno de los siguientes debates: HidroAysén, termoeléctricas, contaminación, pesca de arrastre o reforma de aguas. De modo similar, cree que la discusión sobre la televisión digital culminó con la selección de la norma japonesa. Además, no lee revistas técnicas, ni científicas, ni de esparcimiento o actividades recreativas (distintas de farándula), y por supuesto, por sobre todas las cosas, no lee libros. Tampoco va al teatro, poco al cine y no practica deporte. No participa en organizaciones ciudadanas y no tiene intereses mucho más allá de Yingo, Arenita y Pelotón.
En suma, ha sido la Concertación la que ha preparado la cancha, ha sido la Concertación la que le enseñó a los chilenos que lo principal es consumir.
Finalmente, ha sido la Concertación quien entregó a la Coalición por el Cambio el discurso perfecto para conquistar el poder. Ha sido la Concertación la que olvidó su mayor y última tarea, el fin y no el medio, educar y formar a su pueblo. Ha sido la Concertación la que se dejó guiar por técnicos en comunicación y marketing que le dijeron que al “chileno” ya no lo movilizaban los sueños, que lo que el “chileno” quería eran más malls, autos, carreteras, crédito y artículos tecnológicos. Sí, es posible, eso quería, pero ¿eso necesitaba?
FUENTE: http://www.elmostrador.cl/opinion/2010/01/26/de-ciudadanos-a-consumidores/
martes, 5 de enero de 2010
PARA MIS AMIGOS
Pero también están los otros, los Monjes y los Lagos, los Arancibia y los Arias, los Rodríguez y los Tapia; fieles como solo ellos saben serlo, leales hasta decir basta, contigo en esas y en las otras….para ellos mis cariños y mis afectos, mis abrazos y mil agradecimientos.
lunes, 4 de enero de 2010
ES DIFICIL
sábado, 2 de enero de 2010
La mejor noticia del año: podemos cambiar nuestra personalidad después de los 30 años (Por Sebastian Urbina)
A esa edad, nuestra forma de ser se consolida y ya no cambia. El neurótico seguirá quisquilloso y arrebatado hasta sus últimos días, y el extravertido se mantendrá locuaz y comunicativo. Es la "teoría del yeso", es decir, que a los 30 el material que da forma a lo que somos se seca, se endurece y no se modifica más.
Si usted se identifica con este credo que considera a nuestra personalidad como algo rígido, similar a un destino ineludible, entonces es el momento de revisarlo. La sicología actual ha dado un giro histórico en este tema, y hoy afirma que la personalidad no es algo fijo, sino que se puede cambiar a voluntad pero, antes, necesitamos rectificar algunas creencias que actúan como freno a cualquier intento por mejorar nuestras vidas.
Esta modificación radical de la sicología es comparable a lo que sucedió con el estudio del cerebro. Hasta los años 90 se pensaba que nacíamos con una cierta cantidad de neuronas, las que se iban muriendo a lo largo de nuestra vida, sin posibilidad de recuperarse. Ahora sabemos que estas células nerviosas se siguen reproduciendo hasta que somos viejos, y que sus conexiones se modifican, según lo que aprendemos día a día, algo que se conoce como plasticidad cerebral.
Pero fue en el año 2003 cuando se produjo la primera sospecha de que la personalidad puede cambiar. Y no sólo en las primeras décadas de la vida, sino también en la adultez e, incluso, en la vejez.
Fue el equipo de investigadores de la Universidad de Berkeley, liderado por el doctor Sanjay Srivastava, quien despertó esta sospecha, tras analizar a más de 132 mil adultos con edades entre 21 y 60 años, 54% de ellos mujeres.
Este experto analizó en su estudio los cinco grandes rasgos que componen, en diferente proporción, la personalidad de cada cual. Se trata de: amabilidad, responsabilidad, neuroticismo, apertura y extraversión.
Sí cambiamos
El trabajo de Srivastava, publicado en el Journal of Personality and Social Psychology, reveló que después de los 30 años, las personas siguen presentando cambios en estos rasgos.
Por ejemplo, vio que la responsabilidad aumenta a lo largo de la vida -hasta los 60 años- con su mayor incremento entre los 20 y los 30 años. Este rasgo hace que las personas sean organizadas, planificadas y disciplinadas, lo que se vincula con los compromisos laborales y el desempeño en el trabajo.
La amabilidad, en tanto, aumenta con mayor fuerza en los 30 y los 55 años, lo que desmiente con firmeza la teoría de que la personalidad permanece igual. Este rasgo define a la persona como cálida, generosa y servicial, lo que se vincula a las relaciones interpersonales y a las conductas de cooperación.
El neuroticismo es el rasgo que tiene una mayor diferencia de género. En el hombre casi no hay cambio después de los 30, es decir, se mantiene igual desde los 20 años. Pero en la mujer, este rasgo se reduce en forma marcada y consistente hasta los 60. Este rasgo define a las personas que son en extremo preocupadas y emocionalmente inestables, lo que se asocia con depresión y otros problemas de salud mental.
La apertura a nuevas experiencias, por su parte, muestra un leve incremento antes de los 30 años, en ambos sexos. Después de esa edad, se registran pequeñas declinaciones, tanto en hombres como en mujeres. Y por último, la extraversión que se vincula a sociabilidad y locuacidad se reduce con los años en las mujeres, aunque no de manera importante. En los hombres casi no cambia.
Toda esta evidencia representa un desmentido radical a la teoría de que la personalidad no se modifica después de los 30 años.
"Estos rasgos siguen cambiando sistemáticamente a través de la vida, algunos incluso en forma más acentuada después de los 30. El aumento de la responsabilidad y de la amabilidad y la reducción del neuroticismo cuando adulto, parecen ser un indicador de mayor madurez y de mejor adaptación", dice Srivastava.
Creer que se puede
Para la sicóloga de la U. de Stanford, Carol Dweck, la mejor forma de modificar nuestros rasgos de personalidad es cambiando nuestras creencias acerca de otros rasgos que nos identifican, como son la inteligencia y el talento. Estas dos capacidades también se consideraban como algo con que nacíamos y se mantenía igual toda la vida. Hoy se sabe que son maleables y pueden cambiar.
Nuestra sociedad está obsesionada con la idea de que el talento y la genialidad son habilidades innatas, según Dweck. "Las personas que creen en este poder del talento tienden a no alcanzar sus potencialidades, porque están preocupadas de parecer inteligentes y no cometer errores. Pero quienes creen que los talentos pueden ser desarrollados son quienes realmente se esfuerzan, se exigen, se enfrentan a sus propios errores y aprenden de ellos", dice esta investigadora.
El año 2007 ella tomó a 400 estudiantes de quinto grado de varias escuelas en Estados Unidos. Tras responder una prueba, a la mitad se le elogió por ser realmente inteligentes al resolver bien el test, mientras que los demás fueron elogiados por su esfuerzo.
Después de esto, se les dio a elegir una nueva tarea: una fácil de hacer, pero de la que se aprendía poco. La otra más desafiante, más interesante pero que inducía a más errores. La mayoría que fue elogiado por inteligente eligió la fácil, mientras que el 90% de los felicitados por su esfuerzo eligieron la difícil.
Así, cuando un estudiante piensa que su inteligencia es algo fijo, se conformará con menos y evitará ponerse a prueba para no equivocarse y caer en el descrédito. Pero si se convence de que no es algo fijo y que su talento se puede acrecentar con trabajo y esfuerzo, eso impacta positivamente en sus rasgos de personalidad.
Por ejemplo, estos alumnos pasan a ser más abiertos a nuevas experiencias, ya que buscan desafíos para mejorar su desempeño, aunque cometan errores. También aumentan su responsabilidad, porque dedican más horas a estudiar, al tiempo que se hacen más extravertidos, aumentando su contacto con compañeros y profesores para aclarar dudas y profundizar materias.
Otro experimento: al mismo grupo de estudiantes se le aplicó una prueba de un curso superior, en la cual les fue mal en general. Luego, se les pidió escribir en forma anónima sobre esta experiencia para otra escuela y decir su nota. El 37% de los elogiados por inteligentes mintieron sobre su nota, mientras que sólo el 13% de los esforzados hizo lo mismo.
La primera clave: aprender de los errores
Según Carol Dweck, estudios realizados con niños y adultos "muestran un porcentaje amplio que no puede tolerar los errores". En especial entre quienes consideran que la inteligencia no se modifica.
Esto coincide con la evidencia de la neurociencia de que el ser humano sólo acepta el conocimiento que confirma sus creencias, rechazando lo inesperado. Algo que se encuentra en nuestro cableado cerebral.
En esto participan la corteza de la cíngula anterior, grupo de neuronas que evita cometer errores y que se activa ante cualquier complicación que no habíamos considerado, tras lo cual prefiere cambiar el foco de atención a otra cosa. En ese momento, en forma casi instantánea se activa la corteza prefrontal dorsolateral, que borra la experiencia reciente, algo así como la corteza "delete". Este funcionamiento es automático, por lo que si sucede algo inesperado, lo descartamos y borramos de nuestro mapa. Como si nunca hubiera sucedido.
Así, en lugar de equivocarnos y aprender de los errores, a medida que pasan los años, dedicamos nuestros mejores esfuerzos para hacer siempre lo correcto. Cuando las cosas resultan mal, como muchas veces sucede, nos dedicamos a recriminarnos, a culpar a otros o a ocultar lo sucedido. O nos justificamos diciendo que hay otros que se equivocan aún más.
Seguimos sin aprender de nuestros errores y sólo atinamos a descartarlos, como energía y tiempo perdidos. Cuando se asumen, por el contrario, la persona los incorpora a sus habilidades y logra mejorar sus métodos y estrategias de trabajo.
Algo relevante si consideramos lo que Niels Bohr, el destacado físico danés decía: "Un experto es una persona que ha cometido todos los errores en que alguien puede incurrir, en un campo muy específico de estudio".
Lo único que debe preocuparnos, según Stanley Gully, profesor asociado de la Escuela de Administración y Relaciones Laborales de la U. de Rutgers, son los errores estúpidos. "Estos son los que se repiten una y otra vez y que reflejan que la persona no aprende".
Para Gully, cuando hay que entrenar a alguien en tareas de alta complejidad, es preferible "alentarlo a cometer errores, en lugar de enseñarle a evitarlos". Porque cuando evitamos los errores, lo que estamos haciendo es evitar el aprendizaje.
FUENTE http://www.latercera.com/contenido/659_214006_9.shtml
Notas sobre renovación política I. (Por Humberto Burotto)
Saltándonos olímpicamente los lugares comunes que hacen referencia al recambio de rostros, a la manera y con lenguaje de la farándula, o al cambio en el promedio de edad, tal vez necesario pero por cierto insuficiente, o a apelaciones vagas a “cambios de estilo”, el desafío de renovación política se sitúa en el campo de la construcción de proyectos colectivos. De ahí la importancia que adquieren los vilipendiados partidos políticos.
El apoliticismo reinante se basa en dos creencias muy difundidas: una que hace referencia a los partidos como organizaciones cerradas, dominadas por unos pocos para provecho exclusivo de esos pocos; y la otra, a la futilidad absoluta de la participación en la acción publica por inútil en si misma, en especial para el provecho personal. El cuidado de la libertad personal se convierte así en el fundamento valórico del apoliticismo.
El apoliticismo reinante tiene consecuencias abiertamente conservadoras pues sirve de manera directa a los intereses de la minoría que sostiene importantes cuotas de poder y en especial de riqueza en nuestra sociedad que buscan mantener este orden de cosas. La desigualdad se ve reforzada pues se cree que todos trabajan a favor de ella o que sencillamente es inmodificable. La libertad personal que tanto se cuida queda vaciada de contenido, pues de que sirve una libertad que no nos permite cambiar el mundo, ni nuestro entorno.
Asimismo, tiene una raíz en la falta de compromiso con el sistema democrático. Desde la izquierda por la insatisfacción por la lentitud o impotencia de los procesos democráticos para lograr avances sociales y desde la derecha por considerarla subversiva respecto del orden establecido. Angulo que no nos ocupa en esta ocasión.
Resuelto el tema del apoliticismo o del compromiso democrático, la definición tiene que ver con el orden social, político, cultural y económico que caracteriza nuestra época.
Para quienes creemos que el orden social existente en una sociedad organizada en el capitalismo se basa en la injusticia y el egoísmo buscamos su transformación mediante la acción política como un campo privilegiado de la acción comprometida con esos cambios.
Por cierto, hay una premisa común, el traslado de la ley de la selva en la que “el fuerte se come al débil”, trasladada mecánicamente al orden social, constituye un atentado a la dignidad y al desarrollo de la persona humana. Por tanto, nos oponemos a quienes creen en el mercado como utopia ordenadora de todo el orden social y económico. Pues creemos que atenta contra la liberación de la persona humana.
Esta definición, se basa no solo en la constatación del fracaso moral de un orden social que condena a millones al hambre, la pobreza, la enfermedad y la ignorancia, sino que en el concepto mismo del hombre que dicha visión encierra. La de un animal evolucionado en sus capacidades racionales que se motiva solo por el interés material y la maximización de sus ganancias y beneficios.
En general creemos que asumir una posición, en el conflicto social que opta por los desposeídos y los más débiles, y no por los poderosos, los ricos y los satisfechos implica una definición radical de los medios y las fuentes de poder que son validas a la hora de la acción política.
No será la representación de las grandes fortunas, ni el poder económico la que organizará a las fuerzas de la justicia social.
Será la organización de partidos que representen mayoritariamente a los sectores sociales que sufren ante el poder de la concentración económica y de los grupos privilegiados. Esos partidos, que creen en la gente y en sus organizaciones, los apoyen en sus demandas y los ayuden en su organización, serán los que auténticamente puedan llamarse “progresistas”.
En su defecto, se transformaran en partidos condenados a “degollar” la participación interna, ahogar los liderazgos emergentes, transar sus posiciones en el mercado del financiamiento de las campañas políticas ante los conglomerados económicos que requieren del apoyo del estado para maximizar sus ganancias. Para eso siempre habrá voluntarios para integrarse a esas pequeñas oligarquías. Se justificaran con argumentos tecnocráticos o con sutiles apelaciones familiares de carácter feudal, pero finalmente terminaran representando a los intereses de quienes los financian.
La crisis de desigualdad que atraviesa toda nuestra America Latina desde el Rio Bravo hasta la Patagonia, injustificable desde el punto de vista de las enormes riquezas que Dios le otorgó a nuestro continente, se basa en el fracaso de las minorías que han suplantado a sus pueblos y con sus intereses en la conducción de sus paises, mediante caminos autoritarios o en remedos de democracia corruptores del esfuerzo de liberación.
La Concertación en Chile ha sido una de las respuestas mas audaces desarrolladas en nuestra historia. La Unidad política y Social del pueblo que constituye mayoría democrática para impulsar los cambios y logra recuperar la democracia pacíficamente; reducir la pobreza de manera inédita en esta parte del mundo; integrar al país al concierto internacional; y construir un proyecto político cuyo basamento se encuentra en la ampliación y respeto de los Derechos Humanos y la protección social de los mas débiles, ha sido el mayor esfuerzo de renovación política de nuestra historia.
Sin embargo, este esfuerzo se encuentra condicionado por los costos de la transición política. Ha llegado la hora de recuperar la organización desde debajo de la demanda popular para representarla en el campo político. Esto requiere una profunda transformación institucional y un esfuerzo de movilización social que regenere el tejido orgánico de la sociedad destruido por la dictadura y postergado por la democracia. Que constituye la principal fuente de educación cívica conocida por nuestra civilización: la participación.
Quienes califiquen esta idea como añeja o fuera de la historia ignoran absolutamente las tensiones que nuestra patria deberá asumir a partir de este nuestro Bicentenario. Y que paradójicamente la derecha se ofrece para dar las respuestas con la consigna del “cambio”.
El egoísmo cultural que afirma la filosofía del “agarra lo que puedas” y que anima las “luchas sociales” de nuestro tiempo sin consideración ninguna con el bien común o de la solidaridad social constituye la peor presión sobre nuestra economía en desarrollo. Pues el subdesarrollo es finalmente eso: un sistema económico que no es capaz de satisfacer las necesidades de todos sus integrantes.
Las respuestas que terminan conduciendo estas mareas de demandas se denominan populismo. Los hay de derecha y de izquierda y las consecuencias las pagan los países no solo los más pobres. Son en general, retrocesos históricos y sobre todo uno de los mecanismos de desesperanza aprendida mas duros de nuestra historia que de paso sacrifican la democracia.
La renovación que se requiere implica la necesidad de partidos comprometidos con los conflictos sociales de nuestro tiempo, capaces de abrir sus agendas a las temáticas que se le presentan a la humanidad y a los pueblos y que en otras épocas era imposible asumir o simplemente fueron consideradas como no prioritarias. El cambio de dirigentes será una consecuencia de esta renovación y no una solución. Esta perspectiva siempre tiene el riesgo de ser un “leopardismo clásico”: “cambiarlo todo para que no cambie nada”.
Estos partidos renovados deberán demostrar su renovación en la capacidad de formar cuadros y lideres, impecables desde el punto de vista técnico, pero mucho mas importante, con las habilidades de organización y disciplinas sociales y cívicas que requiere la acción colectiva de hoy para asumir la transformación de nuestro país y no solo para administrar lo que hay. La renovación de la política será pedagógica o no será renovación.
viernes, 1 de enero de 2010
9 - Official Trailer
Dibujos dramáticos y apocalípticos hacen de esta producción de Tim Burton interesante, brillante a ratos y compleja dentro de su simplicidad.
El cine de animación ha experimentado una enorme evolución en los últimos años y “9″ es un claro ejemplo de ello. Un filme de dibujos, de ciencia ficción, dramático y apocalíptico, interesante, brillante a ratos y complejo dentro de su simplicidad.
Porque la historia de “Número 9″ – el guión lo firma Pamela Pettler, responsable de los de “Monster house” o “Corpse bride” – es simple en su conjunto pero compleja en sus detalles.
La película se desarrolla en un futuro devastado por la ambición sin límites de un dictador con aires de Hitler, que usó para la guerra un invento originalmente pacífico. Ese ingenio, llamado “la Gran Máquina”, se volvió contra los humanos y destruyó la población mundial para convertirse en el único poder sobre la tierra.
Pero el inventor de la máquina utilizó sus últimas fuerzas para crear una serie de nueve criaturas que portan parte de su alma y que son las únicas que pueden salvar al mundo.
Se trata de “9″ y sus amigos, todos ellos numerados. Unos “muñecos” de algo parecido a tela de saco, con grandes ojos de montura de gafas y que, a través de su lucha contra la máquina muestran las contradicciones propias de los seres humanos.
Un largometraje que desarrolla la historia de un estupendo corto, del mismo título, que fue nominado al Óscar en 2005 y que permitió a su realizador, Shane Acker, poner en marcha este proyecto de mayor envergadura.
Acker no es nada complaciente en la puesta en escena de las aventuras de “9″ y sus amigos y apenas hay espacio para un par de guiños de humor -a través de una estupenda pareja de gemelos mudos-.
La oscuridad, casi tinieblas, en que se desarrolla hace que sea una historia difícil de ver por los niños a los que sin embargo fascinarán los pequeños protagonistas.
Con un ritmo trepidante en los combates contra la máquina, un montaje propio de cualquier película de acción y una inteligente presentación de los diversos personajes, Acker construye un film que sigue al pie de la letra las convecciones más clásicas del cine, claramente estructurado en tres actos.
Eso hace que la historia sea fácil de seguir, aunque contiene las suficientes referencias históricas o filosóficas para que la película pueda tener más de una lectura. No hay que olvidar que Tim Burton es uno de los productores.
Y como espectáculo cumple con creces su objetivo de entretenimiento y, lo que es más necesario aún en las películas de animación, logra una fácil identificación del espectador con los personajes.
“Número 9″ se estrena en enero en la mayor parte de Latinoamérica.
FUENTE: http://www.elmostrador.cl/noticias/cultura/2009/12/31/una-oscura-e-interesante-pelicula-de-ciencia-ficcion/
La televisión pública española deja de emitir publicidad comercial
Ello permitirá, por primera vez en la historia de la emisora, ver películas sin interrupciones.
Sin embargo, la nueva normativa excluye las autopromociones, los anuncios no comerciales y la publicidad institucional. Además, los expertos creen que la cuestión abierta sobre el patrocinio de eventos deportivos acordado con TVE antes de la nueva ley podría permitir la filtración de algún tipo de publicidad.
La nueva ley de financiación contempla que la emisora pública se financie con un aporte del Estado, operadores de telecomunicaciones, y prestadores de televisón por cable.
No obstante, la Comisión Europea de televisión abrió en diciembre una investigación para estudiar si el nuevo sistema de financiación incumple las normas de la Unión Europa con las nuevas tasas impuestas a operadores de televisión y telecomunicaciones.
Además, la falta de publicidad obligará al canal a aumentar sus horas de programación. El director de Televisión Española (rtve), Javier Pons, dijo esta semana que lo hará mediante más cine en español y europeo, más producción propia, más tiempo para la información -los telediarios durarán casi una hora en lugar de 45 minutos- y mejores condiciones para las series y películas.
FUENTE: http://www.latercera.com/contenido/659_214001_9.shtml