Este artículo apareció el día de hoy en el diario español "El País".
Todos los amantes de los perros saben cómo expresa un can sus sentimientos. Las orejas gachas, una postura tensa y la cola tiesa significan "no me calientes". Las orejas erguidas, un meneo del cuerpo y la cola agitándose enérgicamente indican "me alegro mucho de verte". Pero hay otra característica del lenguaje corporal de los perros recientemente descubierta que es posible que sorprenda a los propietarios de mascotas y a los expertos en canes. Cuando los chuchos están seguros de algo o de alguien, sus colas se mueven más hacia la derecha. Cuando tienen sentimientos negativos, la cola se agita más hacia la izquierda.
La investigación indica que en la mayoría de los animales, incluidas las aves, los peces y las ranas, el cerebro izquierdo se especializa en comportamientos que implican lo que los científicos denominan aproximación y enriquecimiento de energía. En los humanos eso significa que el cerebro izquierdo está asociado con sentimientos positivos como el amor, el afecto y la sensación de seguridad y calma. También está asociado con algunos marcadores fisiológicos, como el latido lento del corazón. En un nivel básico, el cerebro derecho se especializa en comportamientos que implican retirada y gasto de energía.
En los humanos estos comportamientos, como la huida, se asocian a sentimientos como el miedo y la depresión. Entre las señales fisiológicas se encuentran el latido rápido del corazón y el colapso del sistema digestivo. Como el cerebro izquierdo controla el lado derecho del cuerpo y el cerebro derecho controla el lado izquierdo, estas asimetrías se manifiestan por lo general en partes opuestas del cuerpo. Por consiguiente, muchas aves buscan alimentos con el ojo derecho (cerebro izquierdo/alimentación) y vigilan a los depredadores con el izquierdo (cerebro derecho/peligro).
El lado derecho de la cara tiende a reflejar felicidad (cerebro izquierdo), mientras que el lado izquierdo, malestar (cerebro derecho). Las colas de los perros resultan interesantes, afirma Davidson, porque están justo en el medio del cuerpo del perro, ni a la izquierda ni a la derecha. Por eso muestran asimetría emocional. Pero, ¿realmente es así? Para averiguarlo, Vallortigara y sus compañeros usaron 30 canes de distintas razas a los que se apuntó a un programa de adiestramiento en agilidad. Colocaron a los perros en una jaula equipada con cámaras que seguían precisamente el ángulo del movimiento de sus colas. Luego se les mostraban cuatro estímulos en una tablilla en la parte frontal de la jaula: su dueño; un humano desconocido; un gato; y un perro dominante y desconocido.
En cada caso, el perro de la prueba miraba a una persona o a un animal durante un minuto, descansaba durante 90 segundos, y miraba otra cosa. La prueba duró 25 días con 10 sesiones en cada uno. Cuando los perros veían a sus amos, agitaban sus colas enérgicamente hacia la derecha, explica Vallortigara. Cuando se enfrentaban a un humano desconocido, las agitaban moderadamente, de nuevo hacia la derecha. Si miraban al gato, un macho de cuatro años, las colas de los perros se agitaban a la derecha, pero con menos amplitud. Y cuando veían a otro perro, agresivo y desconocido, las colas se agitaban hacia la izquierda. En consecuencia, cuando los perros se sentían atraídos por algo, sus colas se agitaban a la derecha y, cuando estaban asustados, las colas se movían a la izquierda.
Aunque algunos investigadores sostienen que sólo los humanos muestran asimetría cerebral basándose en la evolución del lenguaje en el cerebro izquierdo, Lesley Rogers, neurocientífica de la University of New England, Australia, experta en asimetría cerebral, afirma que las desviaciones, a un lado o a otro, se dan en los cerebros de muchas de las criaturas más simples. Los camaleones macho muestran más agresividad cuando miran a otro camaleón con el ojo izquierdo. Un sapo se aparta de un salto cuando un depredador se introduce en su campo visual izquierdo (cerebro derecho/miedo). Ese mismo sapo chasquea su lengua hacia la derecha cuando la dispara contra un grillo (cerebro izquierdo/alimentación). La asimetría cerebral para la aproximación y la retirada parece ser un rasgo antiguo y debe de conferir alguna ventaja para la supervivencia.